Haikus de Patricia Martín

Bruma boscosa

Enturbia los ramajes

Fantasma en cierzo

Aullido de aire

Fastidio con el ábrego

Vientos combaten

Lugar hierático

Bosque petrificado

Tétrica imagen

Truena negrura

Sibilante la niebla

El bosque ruge

Árboles truncos

Alturas desafiadas

El bosque tiembla

Sordos crujidos

Cementerio de ramas

El bosque muere

Por la espesura

Arden de frío y miedo

Robles vetustos

Densa neblina 

Arremeten fantasmas

En sortilegio

Huyen los vientos

El terror traga el bosque

Las brujas cantan.

Zumban centellas

Zigzagueando el aire

El azul huye

Trepida el cielo

Son truenos tremebundos

Se traza el aire

Talando tierra 

Estalactitas caen

Como taladros

Cauce glaciar

Gorgoteo glotón

Derrite el hielo

Marañas blancas

lamiendo tierra verde

cruzan el bosque

Finas siluetas

en aguas presurosas

vuelcan al lago

Sonido claro

refleja luz del sol

pinta el paisaje

Luna blancuzca

valle de nubes grises

paisaje quieto

Cielo rebelde

un cambio por negrura

aguas benditas

Rumor de lluvia

verdes grillos atentos

segura vuelta

Duerme callado

años bajo la tierra

brota ligero

Nace silvestre

acero vegetal

nutre la carne

Cultivo duro

soporte tempestad

sirve de puente

Silva en el viento

tuerce sus largas varas

tiembla el espacio

Dual existencia

en reflejo del río

altura gana

El cielo abierto

domina abarcativo

agua y montaña

El alma fluye

y la calma domina

nubes lejanas

La luna parte

rocas emergen claras

madruga el astro

Claridad roja

confunde noche presa

entre colinas

Luces despiertan

aguas lamen la costa

Es día nuevo

Entre las ramas

mira charcos del bosque

sol equinoccio

Pululan sapos

croando en el estío

bajo humedad

La calma envuelve

por el brillo disperso

en hojas rojas

La cueva duerme

al silencio sagrado

del crudo frío

La noche cae

la cueva se prepara

en calor sumo

Hombres y bestias

la reconocen virgen

van en cobijo

Cueva caliente

al invierno doblega

y vidas salva

Sobre la fauna

estremecen sus cantos

aves que vuelven

Cubren el suelo

botones vegetales

y paren flores

Alumbramiento

estallido de vida

es primavera

Ríos escasos

evaporan sus aguas

siembran la sed

Cálidos vientos

calientan a la tierra

con espejismos

Calcina el suelo

incendia la foresta...

Es el verano

Piedras colgantes

asemejan estrellas

sucias de nieve

Cielo de puntas

arreciando filosas

como cuchillas

Cristalizada

anida en gotas duras

sobre la cueva

Techo curioso

bajo la catarata

mora milenios

Toman cavernas

enquistando su lecho

gota por gota

Rígidos firmes

como túmulos crecen

blancos y grises

En el concierto

de punzantes espadas

trepan espacios

Danzan sus formas

en hora de la siesta

con cal y sales

La luna cuenta

historias de diablillos

aullan los lobos

Estrellas miran

como si nada nuevo

las aves duermen

Calma,silencio

y quietud desmedida

el velo corren

El viento cesa

ráfagas calurosas...

Llegó la noche

Rugen los aires

amarillos y rojos

tiñen el cielo

El calor quema

y la montaña suda 

sangre con piedra

Todo perdido

en el río de lava 

el pueblo queda

Brazos erguidos

en cultivo nocturno

Rito pagano

manos nudosas

esparcen la semilla

En credo propio

Manto de lluvia

germinal de la vida

las plantas nacen

Pasan los días

trepanación de cielos

Las plantas crecen

En credo propio

otras semillas nuevas

repiten vida

El tiempo corre

finales esperados

Las plantas mueren

Ciclo certero

claroscuro del bosque

Ciclo cerrado

Gran intangible

merodea constante

dueño del aire

Sólo caricias

si se comporta suave

sino puñales

Arte rupestre

escultor de montañas

en su bravura

matinal gala

para vestir rocío

en su tibieza

Es doble cara

viento de los alisios

o de tornados

Insecto raro

crepita como flama

mece la noche

Iluminado

que sin pudor enciende

antorcha tenue

Es pequeñito

hasta por el estío

rayo potente

Estival bicho

entre revoloteos

noches alegra

Surcan las aguas

seres de los abismos

saltan los aires

Viven su ritmo

proponen armonía

Amor dispersan

Gentiles forman

en hermandad celeste

seres amados

Son los delfines

maravillas marinas

con paz interna

Luna blancuzca

valle de nubes grises

paisaje quieto

Cielo rebelde

un cambio por negrura

aguas benditas

Los vientos silban

la bruma sumergida

es todo cambio

Rompen las olas

gaviotas en alerta

las algas migran

Agua con yodo

la mañana comienza

el mar bosteza

Los peces saltan

las aves aprovechan

dieta de reyes

Rumor de lluvia

verdes grillos atentos

segura vuelta

Migas de sol

festejo de colinas

graciosas formas

Es juego diario

caricias encendidas

la tierra goza

Las luces bajan

extrañeza del suelo

las sombras entran

Torcido viejo

por el tronco quebrado

tristeza canta

Crujen las ramas

el otoño castiga

hay poco tiempo

En agonía 

el invierno dispone

no tiene savia

En primavera

el bosque reverdece

árbol fogata

Mirto vigía

sobre ramajes secos

el regocijo

Claro rumor

la fuerza cristalina

agua de nubes

Vertical caida

el curso torrentoso

tiñe belleza

Nubes traslucen

eléctricas descargas

recuerdan odio

Ciegan los ojos

son chispas encendidas

fulgor del cielo

Frío calor

enfrentamiento agudo

trasciende espacio

Eco sonoro

estampida de nubes

redoble grave

Oídos sordos

temores infundados

bolos del cielo

Gran guerra lucen

batallas de luceros

Fuego Vestal

Garganta blanca

en espuma formada

vapor deglute

Es alegría

carrusel de los sueños

pegasos blancos

Gran panorama

en altura columpios

mundo pequeño

Cadencia pura

subibaja contento

Aliento tieso

Niños presentes

eterno movimiento

plaza con alma

Mágico súber

adoración de celtas

icor de ríos

Gentil ayuda

cortina transparente

beso del agua

Fuente de vida

arpegio melodioso

miel de los prados

Final de sed

en rocío disperso

gotas de cielo

Lirios y rosas

aromas compartidos

es primavera

Sutil perfume

coqueteo fragante

muy suaves tonos

Suma belleza

vegetal mariposa

dulce presencia

Jarrón vestido

natural terciopelo

es elegancia